Hoy más que una receta les traigo un tip para aprovechar la temporada de morrones. Es además un secreto para que tu comida sea especial, ya que le da ese toque casero. Los podés usar para acompañar carnes, rellenos, ensaladas, pizzas o lo que quieras. Necesitás:
- Morrones
- Aceite
- Asadera
- Horno fuerte
- Ajo (si te gusta)
Lavá y secá los morrones, que no te quede ni un rastro de agua, colocalos en la asadera y al horno. El tiempo varía por el tamaño de los morrones y según tu cocina, calculá una media hora. Lo ideal es ir rotándolos o bajarlos a la parrilla del horno.
Te tienen que quedar casi quemados. Los dejás enfriar, y una vez fríos retirás el cabo y los vas pelando, la piel sale con mucha facilidad caso contrario te apuraste a sacarlos del horno.
Escurrirlos bien, ya que emanan líquido durante la cocción, y retirá todas las semillas. Yo hago como una pinza con los dedos así:
Colocalos en un tupper en lonjas y cubrilos con aceite, si es de oliva mejor. Si te gusta el ajo podés ponerle un diente para que tenga su aroma. Para que no queden burbujitas de aire dale unos golpecitos al frasco contra la mesada.
Tips:
- Aprovechá para hacerlos cuando prendiste el horno para otra cosa, según los cocineros profesionales el medio cálido no permite que se “contagien” los aromas (no así el frio, sino prueben guardar la manteca sin tapar en la heladera).
- No es estrictamente una conserva porque no llevamos a cabo recaudos bromatológicos, tené en cuenta que lo que estimula que un alimento se pudra es el contacto con el aire, por eso los cubrimos con aceite, el cual a medida que va bajando el frasco podés usar para ensaladas y queda riquísimo.
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